lunes, 17 de enero de 2022

Matar a la influencer

¿Se puede predecir el comportamiento de una influencer? ¿qué hace una influencer un domingo por la mañana? Y, lo más importante… ¿cómo podría matarla?

Vamos a empezar por el principio. ¿Conoces la red social Instagram? En el encuadre de una foto concreta, aparece geolocalizada la misma. Es una geolocalización satélite, por lo que, si se sube con la inmediatez a tiempo de capturar ese instante... Es muy fácil ubicar dónde está. ¿Distinguirla? Más fácil todavía. Llevan ese disfraz, ese look que busca ser... distinguido, inconfundible, marca personal. 

¿Vamos a un ejemplo práctico? Venga, te lo enseño: Es domingo a las 11h de la mañana. Madrid. En la foto es de día y luce el sol. Es otoño. ANA aparece sentada en una terraza. Lleva una gabardina color beige, unos botines púrpura y un bolso inconfundible de Louis Vuitton, en tonos marrones y beige. Su cara está seria, como concentrada, en un libro que sujeta entre sus dedos. En la imagen, no se alcanza a distinguir el título. Quizás, hasta sea intencionado. Clico aquí y la red social la ubica en el barrio multicultural de Lavapiés. La fachada de fondo, me da más pistas. Un graffiti y un color, identificable ¿Ves? Es así de fácil encontrarla.... 

Vamos a seguir. BELÉN tiene unas fotos muy pintorescas en unas cabinas telefónicas rojas, como tumbadas. Localizada en el sur de Londres, en Kingston. Lleva una chaqueta muy abrigada, con la marca etiquetada como Canada Goose, en color negro, y unas botas de la marca Roxy. No, me fijo tanto en los detalles, es que aparece marcado como publicidad aquí, ¿lo ves? Hasta el gorro de lana gris, calentito, ¡me aparece etiquetado!

Venga, uno último. ¿Qué ves en esta foto? ¿Una tostada de cereales con aguacate, un huevo con la yema bien amarilla reluciendo y delicadamente colocadas dos lonchas de salmón ahumado? Es una ubicación en París, Café Foufou, muy cerca del Centre Pompidou, en una pintoresca plaza. No se ven manos ni uñas meticulosamente rellenadas con gel. No se ve más que el dibujo de la leche sobre el café, una mesa de madera pintada con chalk paint de gris, y las tostadas. 

¿Has visto qué fácil es todo en este escaparate? El ser humano en estas redes es tremendamente previsible, comenta muy serio, perfilando una pérfida sonrisa. Tenemos esa terrible necesidad de compartir nuestra falsa e irrelevante existencia con los demás buscando su aprobación- tú lideras y yo soy un follower, inactivo consumidor de tu vacía existencia. Pero eso... eso se va a acabar. Porque vamos a liquidar esa absurda existencia. No, no vamos a matar a la persona, pero vamos a matar a la influencer. Vamos a hackear sus cuentas, vamos a destruir sus contenidos, vamos a terminar con esta parodia. ¿te vienes? Venga, que empieza el juego. Y se pone su cazadora vaquera Levis y agarra con fuerza el IPhone.  Vamos a acercarnos lo suficiente como para que sus redes puedan ser hackeables. 

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