viernes, 1 de marzo de 2013

Mediterráneos

Italia dice "sí" al cambio, mientras una España desgastada y agonizante se conforma con otros casi tres años de ineficiencia de este gobierno.
Hoy, que la política se ha vuelto esa tubería turbia y llena de residuos que no logramos tragar, hoy que más razones tendríamos para decir "no" a los que nos gobiernan, hoy solo oigo gritos ahogados de silencio. Creo firmemente en la democracia, pero sobre unas bases políticas: honestidad, trabajar no por un sueldo, sino por un bienestar colectivo, para empujar a una sociedad hacia adelante y, en ese empujón, empujoncito o lanzadera, salir todos beneficiados.
El dinero que se convirtió en ladrillos no se vuelve a convertir en dinero. El dinero que se llevan "limpito" los Noos, los Bárcenas, lor Gürtel, y todos los topos que siguen (por el momento) bajo las profundidades mediáticas. Todas esas inversiones en improductividad y sin pedir resultados a cambio. Todos esos olivos arrancados.
Todo eso parece haberse perdido en un universo imaginario, un paraíso fiscal, bajo el sofá rojo de la abuela Pepi, en inversiones en nuevos pisos en primetercera línea en la costa de Marbella. Pero os diré dónde NO ha ido ese dinero.
- No ha ido a I+D+I, que es uno de los pilares que podría sacar a España de la crisis.
- No ha sido destinado a mejorar la sanidad pública, la educación pública
- No se ha convertido en aceras accesibles para minusválidos
ni en hogares para los millones de personas que viven en la calle
ni en alimentos
ni en parques.

Y os recuerdo, que Italia hace no mucho estaba igual. Igual.. de mal. No se trata de mediterráneos, de sureños, de dinero. Se trata de una mala gestión de recursos. De eso trata esta crisis. De qué hacer con el dinero, de qué hacer con el voto, y, entre que España se lamenta de su falta de cultura política, Italia destrona a Il Cavaliere...