jueves, 3 de marzo de 2022

Los días de lluvia

¿Y a ti, cómo te hace sentir la lluvia?

Las nubes vuelan alto y revolotean cubriendo al sol. El día de antes, los cielos se tiñen de toda la paleta de colores, se tornan rosas y anaranjados, y un haz de luz del atardecer penetra entre los edificios de ciudad, creando un espectáculo visual al alcance de todos los públicos. Soplan corrientes de aire que nos agitan y, de nuevo, vuelve el silencio de los elementos y el murmullo de ciudad.

El día de lluvia, está marcado por la luz atenuada, como si hubieran apagado las bombillas del cielo, y todo se vuelve gris. Por eso, me gusta alegrar los días de lluvia con paraguas de colores y botas de goma fucsia. 

Vemos llover bajo las ventanas de la buhardilla, a noventa grados bajo el cielo. Llueve directo sobre nuestras cabezas.  El agua ruge en su descenso, cae sin tregua, feroz, contra el tejado de nuestra casa, contra las ventanas que extienden nuestro concepto de verticalidad. Oímos la lluvia en silencio e inquietud. Nadie se atreve a moverse, sino que nos detenemos en escuchar las gotas estrellarse contra las tejas, contra el cristal. Y luego se convierte en murmullo. El agua fluye y pasa, de nuevo, otro día de lluvia.