martes, 10 de noviembre de 2020

La despedida que no fue


Ayer nos dejaba Teo, mi jefe desde que entré en Ferrovial Construcción en 2016 hasta la pasada primavera, cuando hubo un cambio organizativo y cambió de Dirección (y yo de jefe). Hoy quería recuperar su última despedida. Porque me parece que es la mejor del mejor. Descansa en paz, jefe. 

 Hola Irene,

 Te confieso que te has adelantado porque tenía pensado escribirte este mail de “hasta pronto” pero con calma, en este puente largo, sin trabajo de por medio…

 Aún me acuerdo la primera vez que te ví cuando hicimos las entrevistas para sustituir a Gemma: entusiasta y segura de ti misma. Eso fue lo que pensé. Lo que me transmitiste… y quizás hasta me dio un poco de miedo o vértigo – en el buen sentido: volver a empezar!! 

Es cierto que hemos construido muchas cosas juntos y el trabajo queda ahí pero, por mi parte, sí creo que debo dar un paso atrás y dejar a nueva gente crear cosas que, sin duda, con tu ayuda, será fácil.  Uno de mis poemas favoritos es de León Felipe “Romero sólo en la vida” y dice algo así como

 

Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero

 Y así trato de pasar. Sin demasiado ruido y como si siempre fuera la primera vez que hago algo.

 Para mí han sido 5 años ya de INNOVATE, de publicación, de web y… como te decía, hay que dar paso a sangre fresca, con nuevas ideas y con entusiasmo para seguir comenzando cada nuevo día.  Te aseguro que lo echaré de menos porque tiene una parte creativa que ¡me encanta! y, las reuniones del “comité de redacción” en las que, al final, siempre conseguimos “echar unas risas” y hacer del trabajo ( con todo el esfuerzo que lleva detrás para quienes lo hacéis realidad) un rato agradable. 

La historia y los hechos quedan ahí, cada una de las entrevistas, las reuniones, los mails, las redacciones, las fotos…los vídeos y las ideas para los premios INNOVATE.  En definitiva, ha merecido la pena y mucho.

 Te doy las gracias de corazón por haberlo hecho fácil. Por la discreción y el mínimo ruido para sacar cada número, entrevistar cada persona ( cuyo corazoncito te has ido también ganando y a las pruebas me remito: ya tienes tu círculo innovador de confianza) y por dármelo todo “masticadito” para que sólo tuviera que poner un pequeño “tick in the box”.  Supongo que esto es lo que llaman complicidad. 

No es una despedida porque seguimos trabajando al ladito ( ahora en la distancia) y porque me tienes para lo que necesites, personal y profesionalmente. Eso sí, no te perdonaré el que no me vayas actualizando cómo crecen tus criaturitas y sus aventuras del día a día. . Las he visto nacer y espero verlas llegar muy alto. 

Sinceramente, gracias por todo!!!... y perdón por todo lo que haya dejado de hacer o no haya hecho bien: estoy seguro de que hay mucho que puede hacer mejor. 

Un beso.