sábado, 25 de agosto de 2012

Lo peor del silencio son todas las palabras que oculta.
Lo peor del silencio es que no se equivoca, no se arrepiente de lo que dijo, no se arriesga.
Lo peor del silencio es que permanece exacto, inquebrantable, invisible, aún por todo lo que puede tocarse.
Lo peor del silencio es esa naturaleza tan inhumana y todas las emociones que explotan sin desgarrarlo.
Lo peor del silencio es que exige que no nos miremos a los ojos, que ni siquiera me digas "me equivoqué, te extraño, te quiero", sino que él engulla tus palabras
y yo me quede así.




miércoles, 22 de agosto de 2012

Dejarse llevar...

O flotar en el agua
que te arrastre la corriente hacia ninguna parte
que el sol te acaricie la cara
nada debajo
solo un azul infinito
solo una ola
que te lleva donde se le antonja
muy lejos o muy cerca
de aquí.

martes, 21 de agosto de 2012

Únicos

Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes.
Jorge Bucay

lunes, 20 de agosto de 2012

A nadie le importa

Hoy es uno de esos días en los que crees que te puede la vida
Te duelen los manos, te pesan los pies, ya ni te sostiene el alma.
Hoy es uno de esos días en los que las lágrimas eclipsan cielo y estrellas
en los que gritas en silencio
en los que te planteas tener suficiente valor para contener la respiración
para ahogarte entre olas profundas y no salir jamás
para detener el tiempo en un salto al vacío.
Tampoco creo que merezca la pena vivir
con miedo
sin sueños
cohibida
rara
triste
monótona.
Mejor morir así, un poquito cada día
mientras a nadie le importa si llegaste a tiempo
o si la camiseta era rosa
o si reías en aquel semáforo junto a aquel chico
o si la salsa era demasiado espesa.
Y entre tanta oscuridad me miras
y me dices que cómo puedo pensar esas cosas.


sábado, 18 de agosto de 2012

Se avecina tiempo de tormentas

Se avecina tiempo de tormentas
Un septiembre de guerra y sexo
de quizás y medio bienes
y se nos cruzó un relámpago
para fundir tu orgasmo en el mío.
Sin reproches
sin pasado
sin "no estuviste"
sin promesas
Solos tú y yo
en la oscuridad de esta noche.
Llueve
y a mí se me sonrojan las mejillas;
mientras pita un coche
se encienden dos farolas
la luz se cuela entre tu cuerpo y el mío
te robo la manta
me acaricias el pelo
y ya no siento frío.
Un trueno te sobresalta
nos recorremos desnudos
y no sé si hemos vuelto
ni por qué he venido.

http://www.youtube.com/watch?v=_frWRM2yhyw


martes, 14 de agosto de 2012

Te daría mil razones...

Miradas que dicen "que se vaya este imbécil, que yo solo quiero quedarnos a solas, morderte los labios, recorrer tus muslos, hacerte el amor sin tregua"



Me basta

domingo, 12 de agosto de 2012

sábado, 11 de agosto de 2012

"We live as we dream- alone"

"It is impossible to convey the life sensation of any given epoch of one's existence- that which makes it true (...) We live as we dream- alone"

JOSEPH CONRAD: HEART OF DARKNESS

lunes, 6 de agosto de 2012

Buscando un lugar donde...

Eres la tempestad y la calma
El silencio y los truenos
El eco
El fantasma
Que se acurruca en mis sueños.
Te conviertes en mi locura
en mi desvelo en noches que buscan tu mano en mi cuerpo.
Estás
en un rincón del recuerdo
entre matojos, flores y calaveras
donde habita el crepúsculo de Dioses
donde las ballenas van a morir al mar
donde los miedos se precipitan
a un abismo sin gravedad.
Y me debato entre lo correcto y lo absurdo
entre cenizas y anhelos
en la distancia de no poder darte un beso.

domingo, 5 de agosto de 2012

Que el cielo responda


Según avanzaba por la orilla, las algas se enredaban entre los dedos de sus pies. El mar ondeaba tranquilo, al compás del lejano susurro del viento de poniente. A lo lejos, la neblina apenas permitía que se atisbara el Peñón, que observaba omnipresente cada uno de sus pasos desde la distancia. No dolía el sol, quizás porque se escondía a ratos entre nubes inquietas.
Se había alejado de la zona turística a conciencia. Era una cálida mañana de martes de finales de junio pero ya se habían dejado caer los primeros turistas con sus sombrillas, neveras portátiles, toallas y olor a crema bronceadora para pálidos. Las familias montaban campamentos durante los fines de semana. Dos sombrillas techaban el cielo mientras que varias tumbonas cercaban el recinto, cuidadosamente protegido por varios castillos de arena frente al mar, alzados con cubos y palas y pequeñas manos.
No olía a mar. Quizás la brisa se había llevado el característico olor levantino mar adentro o quizás el sudor de su piel impregnaba el ambiente volviendo todo olor ajeno imperceptible a su olfato. Sus pasos impasibles se acercaban cada vez más al final de la playa. Se subió las gafas de sol cuidadosamente para enganchárselas en el pelo. El cielo se había teñido de una tonalidad absurda de grisáceos y el sol ahora peleaba entre las nubes por recobrar su protagonismo.
No sonreía. Desde que había vuelto de Madrid apenas encontraba las fuerzas de hacerlo. Alicante era la pequeña capital levantina en la que había nacido y donde había pasado toda su infancia. Sin embargo, apenas sentía que pertenecía a aquel lugar junto al mar. Quizás no pertenecemos al lugar de donde venimos. O tal vez no pertenecemos a ningún lugar: nómadas bajo las estrellas al compás de los sinceros latidos de nuestro corazón. En verano Alicante se llenaba de forasteros y aquello la hacía sentir más fuera de lugar aún. Recordaba sus rizos rubios al aire, su granja de Playmobil que solía llevar a la playa, las piernas de su madre en aquella foto al borde del mar. Nunca había estado allí. Los recuerdos se difuminaban con cada paso presente. El pasado, como el futuro, parecían tan solo artificio de una Polaroid mal calibrada. Y sin embargo, no borraba el pasado reciente (casipresente), que la acechaba con felices imágenes de manos entrelazados, de ojos cansados de desearse tanto, de la luz de unas velas.
Las olas rompían contra sus tobillos mientras permanecía mirando el horizonte. Lo había hecho tantas otras veces... Es absurdo preguntarle al cielo. Pero más absurdo es esperar que responda.







I wanna grow old with you



Puede que el deseo de todo hombre sea entender a un mujer.
O puede, quizás, que solo quieran escuchar uno de esos orgasmos como el de "Cuando Harry conoció a Sally": una y otra vez, aunque todo sea mentira. 
Puede que en el fondo todos temamos algo: la soledad. Ese maldito "tiempo para nosotros" que encierra todas las veces que no dijimos "lo siento".
Atardecía el Templo de Debod, y mientras nosotros andábamos risueños, a ellos los iluminaban los rayos de sol del fin de otro día juntos. A veces la vida es así de simple: basta con un banco, la hermosa luz de una tarde de domingo de mayo y dos manos que no se separan para completar óleos en los que fuimos felices.